sábado, 6 de julio de 2013

LA INCIVILIZACION DE LA CRITICA, IMPACTO POPULAR Y OTRAS PEPAS



El título original de este post iba a ser "Latinoamérica necesita un Scaruffi". Con un titular efectista se quería hablar de la falta de crítica en la región. Luego me percaté de las aristas que significa hablar de la crítica per se. Sin embargo, regresemos al origen de este texto para referirnos al "background" de este personaje y por qué la excusa de usarlo para hablar del tema.

Piero Scaruffi es uno de los tipos más dedicados a la crítica musical que usa del Internet como medio de difusión. Nacido en Italia pero residente en los Estados Unidos en las últimas décadas, se ha convertido en unos de los críticos más prolíferos en cuanto a su dedicación al rock y la música moderna en general. Tras haber abierto una página web a fines de los 90's, sus distintos comentarios -muchos de ellos arman polémicas entre los melómanos- y reseñas musicales le han generado un culto de adeptos que toman como Biblia sus apreciaciones.

Scaruffi, es de profesión científico y se ha dedicado al tema de la inteligencia artificial; sin embargo, se ha podido convertir en unos años en un influyente crítico musical, ajeno al circuito de críticos musicales donde son partícipes los que escriben desde los medios más influyentes de los Estados Unidos y el Reino Unido. Aunque personajes como Scaruffi sean particulares en un mundo tan grande como el internet, también la red ha generado una Caja de Pandora.

Y es, como él escribe en uno de sus artículos, que el internet ha generado la apertura de miles de personas aficionadas a tener un espacio donde escribir y que, en determinados casos, pueden generar una influencia considerable a la hora de la difusión y crítica musical. La formación de un nuevo circuito con su propia dinámica y conversación permanente. Y es que cualquier persona puede escribir, cualquiera, sin la más mínima experiencia. Solo por que sí. ¿Será la "democratización de la cultura" que Vargas Llosa advierte en "La civilización del espectáculo"? Lo responde con cierta dureza: "Lo cierto es que la crítica, que en la época de nuestros abuelos y bisabuelos desempeñaba un papel central en el mundo de la cultura porque asesoraba a los ciudadanos en la difícil tarea de juzgar lo que oían, veían y leían, hoy es una especie en extinción a la que nadie hace caso, salvo cuando se convierte también ella en diversión y en espectáculo."

Xavi Sancho de los blogs de El País de España fue más minucioso y escribió sobre la desaparición de la crítica a los malos discos y como las relaciones públicas (ahora mediante los medios digitales) han terminado por convertir la critica en una suerte de fenómeno social de un circuito mediático reducido y relativamente especializado que termina siendo la base del "hype". Parece un fenómeno irreversible pero antes de lamentarnos hay que adentrarnos en el crítico mismo.

Nadie puede dudar que el crítico lleva en parte un rol de promotor, sobre todo, cuando su círculo de influencia aumenta. Pero quizás la frivolidad con la que muchos se toman ese papel ha terminado por generar una suerte de revisionismo sobre quien es el verdadero crítico. Simon Frith advertía en su libro "Sociología del rock" que una persona que ejerce crítica musical asume tipo de juicios de valoración estética legitimando gustos, pero en realidad no explica cómo se formulan esos juicios.

Regresando a España, tenemos el caso de Diego A. Manrique quien ha ejercido como promotor (él es uno de los deudores de la difusión de las bandas del pop español de los 80s) y a su vez como crítico musical. Aunque es admirado por muchos -como el crítico cubano Eliseo Cardona- también ha sido blanco de -valga la redundancia- críticas. En un reciente debate denominado "La historia del pop como retrato de una sociedad" aceptó que la crítica de música pop en España "ha fracasado"  en la "tarea histórica" de "llegar a un público más amplio". "No hemos sabido articular un discurso capaz de llegar a las pequeñas minorías que conforman una mayoría" y también reconoció que muchos de aquellos críticos que menciona terminaron tomando otros caminos por temas de ambición y popularidad.

Habiendo dado vueltas sobre Scaruffi, las tendencias en la historia reciente de la crítica y Diego A. Manrique, nos quedamos con la duda de sobre como debe ser el papel de la crítica en Latinoamérica -que es totalmente disgregada-, que  a partir de la blogósfera, ha intentado construir una suerte de feedback sobre lo que está sucediendo en la región en los últimos años. Lamentablemente la cobertura periodística aun es pobre, poco canalizada y avasallada por la aparatosa prensa de la musica anglo que reduce espacios para lo demás en la región. Nos quedamos con una idea de Simon Frith:

Podría ser que, a fin de cuentas, estuviéramos intentando hacer prevalecer el valor de aquellas músicas -en el ámbito de lo clásico y de lo popular- que tienen alguna implicación culturalmente transgresora para la colectividad. Lo que quisiera puntualizar es que la música únicamente consigue ese efecto mediante el impacto sobre los individuos. Y ese impacto es lo primero que necesitamos entender.

Ver además: CRITICA MUSICAL EN EL SIGLO XXI


1 comentario:

Kinkófilo dijo...

La obra de Scaruffi para mí es más que nada una base de datos.
Como historiador me parece a ratos poco riguroso, con errores cronológicos para empezar.
El crea su propio modelo estético de evaluación pero es muy inconsistente. Dice que el rock para ser arte en la situación en la cual el escribió su historia tiene que integrar no sólo melodía, armonía y ritmo sino el caos y el ruido. Si se revisa la lista de los grandes compositores del rock se encuentra que ninguno de los que menciona en primer término compuso música con esas características.

Es muy inconsistente en la relación que guarda su análisis y las calificaciones que otorga. A los Beatles los hace cagada y a los Kinks los menciona como hazañosos y resulta que a la hora de las calificaciones de los discos el promedio para ambos grupos es igual.
El hombre buscó notoriedad con su propuesta, pero a fin de cuentas es un intento personal por calificar su propia experiencia musical y hacer creer a los demás que es la mera buena.
Impresiona a primera vista pero decepciona al final por sus propias filias y fobias.